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bonos, bonos proyecto, deuda, deuda pública, España, gasto público, infraestrucutas, mercados de capital, presupuestos, project bonds, tipos de interés
La deuda tan enorme que ha generado el reino de España desde el comienzo de esta crisis, se explica por tres motivos, básicamente. 1) Por una caída brutal de los ingresos fiscales, debido a una economía muy sustentada por el sector inmobiliario. 2) Por un monumental fallo de apreciación de la realidad en los últimos años de gobierno del PSOE y los primeros del PP, que hizo que los unos gastaran en estupideces (PlanE) y los otros no recortaran antes por motivos políticos (Elecciones andaluzas). 3) Por la desmesurada inclinación de nuestros políticos por la obra pública faraónica, hinchada por la percepción que sus nombres quedarán grabados en las obras que inauguran, como el de Franco a los pantanos.
Sobre la primera causa hay poco que hacer en el corto plazo. La estructura del PIB español y la poca flexibilidad a hacer cambios profundos en el sistema tributario, evitan que los ingresos fiscales sean menos volátiles a la caída de la actividad en un sector determinado. La segunda causa es casi imposible de revertir. Siempre he mantenido la opinión que la estupidez humana se distribuye uniformemente por la población, y hace que en la política exista en la misma medida que en un barrio, escalera de vecinos, grupo de amigotes o estadio de futbol. Además, creo que desde hace algunos años la política está mal vista, y que los más capaces no se dediquen a la política por motivos de prestigio personal y de dinero (se cobra mejor en el sector privado), hace que la puerta quede abierta a los menos capaces, llenando las bancadas del Congreso de los Diputados de serviles lacayos, sin capacidad para legislar en favor de la gente.
La tercera causa, las infraestructuras, sí tiene remedio. Aunque el fantasma de la privatización de las infraestructuras es evidente, uno debe hacerse la siguiente pregunta: ¿prefiero conducir por una autopista privada de pago, o que mi gobierno se endeude, poniendo en peligro el gasto en sanidad, educación o dependencia, y que mis nietos tengan que seguir pagando la deuda de la autopista por la que conduzco?
…el que quiera acusarme de demagogia, ahora es el momento, pero mientras me llama demagogo, que mire lo que está pasando en España con la deuda, a ver si consigue no darme la razón…
La Regulación 670/2012 de la Unión Europea, diseñada para la financiación de proyectos de infraestructura europea, principalmente en transportes y energía, animaba a desarrollar la financiación privada de dichas infraestructuras. El instrumento de financiación serían los “Bonos Proyecto”.
..Esto como funciona…
Básicamente, el gobierno que quiera hacer una infraestructura, crea una empresa de titularidad pública para hacer la obra y explotar la infraestructura. También puede ser público-privada, pero para el ejemplo supondremos que es pública. Esta empresa obtiene los permisos para realizar la obra, y la concesión para explotarla. Imaginemos que es una autopista entre Madrid y Baqueira Beret, para que los madrileños puedan ir a esquiar. No se ofenda nadie, que los Barceloneses ya tenemos una autopista de pago, a razón de 23,58€ por trayecto, para ir a esquiar. La llamaremos la “Autopista Blanca”.
Evidentemente, entre la A-2 y la E-7, el tema está ya resuelto hasta Zuera, pero aquí se haría una autopista tipo “los Alpes” para acortar el tramo por El Pont de Suert y el Túnel de Vielha. Pongamos que acortando por las montañas (hay que hacerlo lo más recto posible), conseguimos hacer unos 290 Km. Evidentemente, las obras costarían un pastón por la orografía, así que pongamos que nos cuestan el doble de lo normal en España, según el Tribunal de Cuentas Europeo (1M en vez de 0,5M por 1.000m2). Mil metros cuadrados nos cuestan 1.000.000€. Vale…
Las autopistas tienen una anchura de carril de 3,75m y un arcén de 2,5m. Considerando los dos sentidos, tenemos 4 x 3,75 más 2 x 2,5, que nos da 20m de ancho. Por lo tanto, el kilómetro lineal de autopista sale en este ejemplo a 20 millones. Pues nada, una obra de 5.800 millones de euritos, que en condiciones normales, el Estado pagaría a cargo de sus presupuestos, es decir, impuestos y deuda.
Con los “Bonos Proyecto”, el Estado pone unos 1.000 millones en una empresa pública nueva (NewCo) y los 4.800 millones que faltan para completar el proyecto, los consigue con estos bonos. Aquí, el emisor del bono es la NewCo. Esta empresa va a devolver el préstamo en digamos 30 años, que quizá no le dé para generar todo el dinero, pero siempre podrá financiarse de nuevo. El esquema que propone la UE sería el siguiente… (lo han complicado un poco, pero lo importante es que la deuda son los bonos proyecto).
Los bonos de la NewCo se emitirían a través de cualquier banco de inversión que asegurara su colocación en los mercados de capitales, y dichos títulos se negociarían en un mercado secundario, como todos los otros bonos, para que los que crean que es una buena inversión los compren, y los que crean que ya no lo es, los vendan.
Explicado el concepto y obviadas las bondades de quitarse gasto en infraestructuras, para favorecer gasto social, vayamos a las malas noticias.
Vista la capacidad de los Españoles de hacer autopistas de pago rentables (R2, R3, R4,…), tengo la sensación que el tipo de interés que el mercado exigiría a dicha NewCo para prestarle dinero sería algo mayor que lo que le exigen al Estado español. Al fin y al cabo, serían los ingresos por peaje los que le darían confianza al inversor, lo que dejaría la seguridad de la inversión en manos de los “señores conductores” que libremente circularan, o no, por la Autopista Blanca. Así pues, la NewCo tendría un gasto financiero mayor sobre esos 4.800 millones de euros, que si los hubiera pedido prestado el Estado.
¿Por qué?
Pues porqué el Estado tiene más fuentes de ingreso que solamente los peajes. El Estado tiene a 47 millones de buenos y malos españoles, que trabajan o tienen empresas, a los que se les puede sablear a impuestos de manera muy sencilla y legal. Por esta razón el estado paga el mejor tipo de interés de su país, aunque hay alguna excepción (Nesté, Toyota, Zürcher Kantonalbank,..).
¿Dónde nos lleva todo esto? A las garantías y avales estatales. Eso que nadie entiende y que la prensa no publica, pero que si Sacyr gasta más en el Canal de Panamá de lo que pactó con Panamá, el Gobierno Español lo paga en su lugar (es decir, nosotros). En este caso, el Gobierno debería poner dos tipos de garantías para que estos Project Bonds tuvieran algo de futuro en España. 1) Asegurar un mínimo de ingresos de peajes, para que si los conductores no usan la Autopista Blanca, el Estado pone la diferencia hasta el mínimo exigido. 2) En caso de quiebra de la NewCo, el estado asegura la deuda, o una parte importante de ella.
Tema espinos, que nos lleva a la pregunta que nadie quiere hacer en política: ¿España se puede permitir infraestructuras que no puede pagar, aunque eso nos reste competitividad?
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…esta parte es más aburrida…
Yo creo que los Project Bonds será, y ya existen algunos fondos que van por ahí, un instrumento de entidades que financien diversos proyectos en diversos países, y en diversos sectores. Vamos, aguar el café para dormir más tranquilos e ir en contra de la idea de Warren Buffett, que dice que, si tienes una buena inversión, no la juntes con otras no tan buenas por aquello de la diversificación…
Hace tiempo que las infraestructuras de algunos países vienen financiándose con capital privado, aunque mayoritariamente las inversiones eran en capital, y no en deuda. Por ejemplo, el Global Infrstructure Partners (15bn $), un fondo creado por Credit Suisse y General Elctric con Bayo Ogunlesi (foto) a la cabeza. La «borrada» que los bancos se han dado del mercado, por tener que reducir sus balances, deja un espacio para iniciativas de financiación que sin reinventar la rueda, puedan asegurar la financiación de proyectos, que los estados ya no van a poder financiar a cargo de sus presupuestos, debido a su deuda mastodóntica!