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Tras meses de no ejercitar los dedos en mi blog, he pensado que con la cantidad de cosas pertenecientes al campo de la economía que se están publicando y comentando con vistas a las elecciones catalanas del 27S, casi podía escribir una entrada mezclando economía y política.Imagen-aerea-de-la-Via-Lliure-_54436445324_53389389549_600_396

Para resumir y simplificar algo muy complicado, diré que hace 8 años los independentistas eran menos del 18% del censo, y las manifestaciones del 11S eran marginales, para no decir ridículas en tamaño. Hoy, los independentistas representan la mitad, más-menos uno, y las manifestaciones del 11S se retransmiten en directo en todos los canales de noticias del mundo. Y la causa, a mi modo de ver, es que la economía ha pasado a ser un factor de análisis para la toma individual de decisiones de voto. Ahora, los 14.000 millones del déficit fiscal, el 9,6% de inversión del estado en Catalunya frente a un PIB del 20% y una población del 16% y una política de gasto restrictiva, ha hecho que los habitantes de Catalunya hayan empezado a pensar con el bolsillo. Y sí, el bolsillo para la mitad (aprox) de los Catalanes  a medio plazo parece que pasa por recuperar ingresos fiscales, hacer políticas enfocadas solamente a los intereses catalanes e invertir todo lo que se esté dispuesto en Catalunya. Para la otra mitad, el bolsillo son los costes de transición, que son innegables.

Vale campeón, vaya obviedad, y que poca gracia conectando economía y política. Eso lo leemos en el periódico cada día.

Calla melón, que no he acabado!!

Para mí, en el campo económico,  una de las claves es la inversión del Estado en 1433839807_755906_1433839929_noticia_normalCatalunya. El 9,6% de inversión en Catalunya sobre el total del Estado dista mucho del 20% del PIB, o del 16% de la población. Además, según datos de la Intervención General del Estado, en Catalunya se viene ejecutando menos del  50% de lo presupuestado. Es decir, en la gran negociación presupuestaria del Congreso de los Diputados de la Carrera de San Jerónimo de la Capital del Reino de España se dice que van a invertir 100€, luego el Gobierno, sin mucho ruido, ejecuta menos de la mitad, cosa que solamente se comprueba con dos años de retraso cuando la Intervención General del Estado publica la ejecución de dicho presupuesto. (qué listos!!) Por ejemplo, en 2013, se presupuestó que del total de la inversión del estado, un 11,6% fue para Catalunya, pero finalmente se ejecutó solamente el 35%. Y ya no hablemos que el Estatut de 2006 ponía un mínimo de un 18,6%. En fin…

Aquí hay que pararse un momento y hacer una consideración. En política, los Felipe-Gonzalez-en-el-mitin-de_54312137023_54028874188_960_639gobernantes gobiernan con dos funciones, servir a la gente, y ser reelegidos. Lo primero siempre acaba siendo un “servir en gran medida a los míos”, que para eso me han votado. Lo segundo, se suele escenificar en la cantidad de inversión electoralista y carreras por «cortar cintas antes de las elecciones» que se generan al acercarse unas elecciones. Si ponemos estas dos máximas de la política española, nos lleva a concluir un político no solamente no va a dejar de invertir en “los que le votan”, sino que va a intentar que no parezca que invierte en “los que no le votan”, para no restar recursos a “los que le votan”.

Que lío!

Un poco, pero esto es tan fácil como mirar el mapa de voto en Catalunya y darse cuenta1401109674_598065_1401138137_sumario_normal que al PP i al PSOE cada vez les votan menos en Catalunya, y que de hecho, tienen muy complicado sumar muchos diputados de las cuatro circunscripciones electorales catalanas. Por lo tanto, si invertir en Catalunya no te va a dar votos decisivos para las generales (lo que les importa de verdad), y de hecho, te puede restar en tus feudos tradiciones, ni PP, ni PSOE van a estar incentivados a llevar el ratio de inversión mucho más allá del 10%.

Aquí entra la famosa ley de los rendimientos marginales decrecientes.

Dice que al añadir una unidad adicional de input (inversión), se obtiene una cantidad decreciente de output (votos).

Esta ley funciona siempre, en muchísimas disciplinas de la vida. Desde en costes de producción, hasta en la satisfacción al comer helados, que el primero es un gustazo, pero a partir de cuarto cada vez nos sabe peor, hasta vomitar.

La realidad política catalana es compleja, y más que lo será, pero lo único que es seguro, es que la inversión en Catalunya no va a subir durante los próximos lustros. Para el 27S, hablando solamente de este campo, hay que poner en una difícil balanza el no incremento de inversión frente a la inversión completa de escenario independiente, frente a los costes de transición, que para unos son muy pocos y para los otros infinitos. Claro que cuando hay temas económicos y de decisiones, hay una ley de las decisiones de compra que es para mí el mejor anuncio de TV que he visto. Mi generación quedó marcada por un eslogan que puso de moda Manuel Luque, director general de Camp: “BUSQUE, COMPARE, Y SI ENCUENTRA ALGO MEJOR, CÓMPRELO”!