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ahorro, china, crisis, deuda, economía, endeudamiento, España, gasto público
El otro día un conocido de esos que me trata como si fuera amigo de toda la vida se me cruza por un centro comercial de Barcelona, y me dice: “Qué pasa machote? Siempre que veo el lío de los mercados pienso en ti. Menuda habéis liado los economistas. Yo creo que ahora lo que hay que hacer es ahorrar. Bueno, te dejo que mi novia está comprando.”
Así, sin más. No nos veíamos desde el siglo XX, y me sale con 4 conceptos que ya que hoy tengo tiempo, vamos hablar de alguno de ellos:
- Asociarme con los mercados.
- La culpa es de los economistas.
- Solución a la crisis: el ahorro.
- Su novia está comprando.
La primera asociación entre mi persona y los mercados es muy curiosa, y casi me recuerda a mi abuela cada vez que leía en el periódico que la bolsa había caído un 0,4%, y me llamaba para ver si me encontraba bien. Lo dejaremos en pura anécdota, ya que sí es cierto que de mi generación, pocos nos dedicamos al mercado en Barcelona. Primero porqué aquí no hay mercado, y segundo porqué las auditorias, consultoras, pymes y agencias de marketing, se quedaron con la oferta laboral de los economistas nacidos en los 70.
La idea de que los economistas, como gremio, somos los culpables de la crisis es muy curiosa. Ya no pido entender de economía, que no es fácil, sino un poco de sentido común. La economía de libre mercado tiene tres maneras de ser afectada: 1) Que el estado se ponga a gastar/recortar en sueldos de empleados públicos o en obra pública. 2) Que el banco central inyecte dinero o retire dinero del sistema, a través de los bancos. Y 3), que los particulares y empresas gasten más o menos. Si en alguna de estas tres acciones se puede ver la mano de los economistas, es sin duda en las acciones del banco central. La política monetaria suele ser lo más estudiado que se puede encontrar en el sistema económico, ya que los consejos de los bancos centrales y los servicios de estudios suelen estar bien nutridos de profesores catedráticos y doctores en economía, econometría, matemáticas y estadística. Por lo tanto, con arreglo a los estatutos de la institución, la cosa suele estar bastante bien controlada y comprendida.
Pero claro, los otros actores de la película (gobiernos y particulares) también son parte importante en el sistema económico. Los gobiernos pueden cometer las tropelías más inimaginables, ya que el bien que les ocupa es el electoral. Y por su parte, los particulares, en la búsqueda del beneficio propio y llevados por modas o tendencias (todo razonable), pueden caer en la organización involuntaria de monumentales burbujas (inmobiliaria, vino, jamón, bolsa, …). Resumiendo, que los economistas de gremio, solamente son parte del problema. Discrepo de mi conocido en que los economistas seamos un cuerpo de élite intelectual que decidimos el precio del pan, la oferta de petróleo y los campeones de la Champions League y la NBA.
La otra perla encubierta del colega este, fue el diagnóstico sobre la solución a los problemas de la economía española: El Ahorro.
Ole, ole, ole…… y se quedó tan ancho!!
Por partes…
No tengo ninguna, pero ninguna duda, que lo del ahorro es lo más reciente que debió oír en cualquier tertulia. No existe casi ninguna probabilidad que lo dijera estuviera sustentado por una base científica, ni por ningún conocimiento económico, ni por nada que se acerca al concepto de opinión informada; simplemente lo sentenció.
Admirable….
Lo que sucede es que pese a haber opinado completamente a ciegas, acierta un poco. La economía es un sistema que tiende al equilibrio, simplemente porque está formada por personas, y éstas tienden a ajustar sus comportamientos en base a la realidad conocida. Esto se suele hacer ajustando las políticas públicas y las decisiones personales ante cualquier percepción de desequilibrio. Por ejemplo, cuando nos parece que un precio está desequilibrado por debajo, frente al valor que nos ofrece, compramos, lo que de hacerse en masa, reequilibra el precio al alza.
El problema que tiene la economía es que algunos desequilibrios quedan camuflados por efectos colaterales del sistema. Los crecimientos de la “España va bien” de los gobiernos de Aznar López, camuflaban un endeudamiento privado galopante, que siguió con los gobiernos de Rodríguez Zapatero. La ilusión monetaria de meter la mano en el bolsillo y encontrar dinero, aunque prestado, nos inclinó a consumir más. Y claro, con el consumo viene el crecimiento del PIB, los altos ingresos fiscales, el aumento del gasto público con fines electorales, y un buen día, la crisis.
No hay que pensar que la crisis es un estado extraño en la economía. La economía, cuando se desequilibra en alguna dirección, genera una especie de energía en sentido contrario que de no ser corregido el desequilibrio, acaba por reequilibrarse de manera violenta, desordenada y caótica. En España es el sector inmobiliario y la productividad del factor trabajo, en Alemania fue la digestión de la DDR, en EEUU la curva de tipos baja y aplanada para financiar dos guerras absurdas, y en China…..bueno, en China aún está por llegar el Armagedón. Y esto es la crisis: la economía intentando reequilibrarse, como puede o le dejan.
Vaya crack el tío este del centro comercial,…..y sin saberlo. En un sentido, tras un periodo de endeudamiento y gasto, tiene todo el sentido que se ahorre, no solo para devolver deuda, sino como reequilibrio natural del comportamiento. De todas maneras, el hombre ahorrando y la novia de compras.
Para amantes de los reequilibrios económicos, recomiendo “The Great Rebalancing” de Michael Pettis (http://www.amazon.com/The-Great-Rebalancing-Conflict-Perilous/dp/0691158681/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1395160420&sr=8-1&keywords=the+great+rebalancing