Abrir el periódico en estos días es un sufrido ejercicio de reciclaje intelectual de basura. En España, como dijo el profesor Gay de Liébana hace un tiempo, hay instalada un “casta de chorizos” que empieza a amenazar la propia continuidad del Estado.
Repasemos a grandes rasgos como está involucrado cada estamento del Estado:
- La Corona: Caso Noos, caso Corina, elefantes, tráfico de influencias, relación con Arabia Saudí,..
- Partidos Políticos
- Poder Judicial: Renovación del Tribunal Constitucional, politización de CGPJ, caso Garzón, lentitud de la justicia, Caso Millet,…
- Poder ejecutivo: Utilización de la policía y servicios de inteligencia para fines
políticos, grupos descontrolados dentro de la policía.
- Fuerzas Armadas: Militares en la reserva opinando sobre política.
Además de todos los casos de corrupción que manchan la credibilidad de la economía, la economía en sí misma no está mejor. Aparte de la bajada de la actividad económica a causa de la crisis, las grandes compañías españolas, según se está empezando a publicar, están engañando a los clientes de manera sistemática y organizada. No se publica más en la prensa sobre este tema, ya que son las grandes compañías las que con su publicidad salvan la cuenta de resultados de los medios de comunicación.
- Eléctricas y gas: Sobrefacturan sistemáticamente con el tema de las lecturas estimadas.
- Telefonía: Sin tocar el tema del incómodo márketing directo, las tarifas nacionales y en especial el roaming de datos es simple y llanamente un robo. Las tarifas más altas de Europa: España (y no vale lo de que hay infraestructuras para cuando vienen turistas).
- Bancos y Cajas: Pese a que opino que el que toma una hipoteca sin leerse el
contrato es el principal culpable de no poder pagar su hipoteca, las prácticas de colocación de productos, y las malas prácticas de asesoramiento financiero son un escándalo enorme. Además, al sistema financiero se ha destinado mucho dinero público que no tenemos, por lo que nuestros nietos seguirán pagando los compromisos de pago que se adquieren hoy.
Así pues, abrir el periódico es muy poco saludable.
Hace algunos días que reflexiono sobre qué le pasa a España, y estoy empezando a convencerme que estamos llegando al final de esa manera tan latina, mediterránea y simpática de relacionarnos en lo que concierne a los negocios. Creo que el capitalismo, la libre empresa y la responsabilidad sobre los actos individuales son temas muy protestantes, calvinistas, y por ende, centro europeos.
Se ha escrito mucho sobre la influencia de la religión en la economía (http://www.guardian.co.uk/education/2011/oct/31/economics-religion-research), y lo que está claro que, de momento, el modelo ganador es el protestante. Sin querer entrar en temas religiosos o económicamente complejos, me gustaría hacer notar que en los países mediterráneos, las relaciones personales en los negocios son muy importantes. Mi experiencia laboral me ha enseñado que en España has de llevarte bien o muy bien con tu entorno laboral, mientras que en Suiza o Reino Unido, lo importante es la relación profesional. En Europa, lo que cuenta es tu posición, tu prestigio, tus formas y tus conocimientos. Las referencias de terceros son fundamentales para relacionarte. En España, se prefiere conocer a la persona y entablar una relación directa.
Y por qué estamos al final de una manera de hacer las cosas?
Creo que una parte del empresariado (y ejecutivos) pertenece a una fauna empresarial poco formada, que basa su éxito en su encanto e inteligencia a la hora de relacionarse, más que en un conocimiento, una experiencia y un éxito comprobable con hechos. Esto, resumiendo, es una colección de “paquetes simpáticos” acampados en empresas, grandes empresas, partidos políticos y administración del estado. Además, curiosamente, es un colectivo que suele recibir un especial cariño por parte de la prensa y la opinión publicada. Esta fauna está llegando a su final, porqué en el mundo de esta post-crisis ya no se llevarán frases como las siguientes, que seguro todos habéis oído:
- Déjame que lo hable con “Fulanito” y te lo arreglo.
- “Fulanito”? Hombre, este es muy amigote. Tranquilo que está hecho.
- Oye, tu hermana no era amiga de “Fulanito”, es que tengo un tema con él.
- Esto nos lo arregla “Fulanito”, pero habrá que darle “cariño”.
- Bueno, habla con “Menganito”, que luego ya hablo yo con “Fulanito” y lo arregla él, que “Menganito” es un mandado.
- “Fulanito” no me falles, coño!
- También eres amigo de “Fulanito”? Es que conozco pocos tan buenos como “Fulanito”!
Todo esto forma parte de la parte relacional de los negocios, alejada del pragmatismo germánico. En España, al relacionarnos así, la probabilidad de caer en favores, excepciones, “ayuditas”, comisiones y nepotismos, es muy alta. Es por eso que creo que la crisis va a echar a los malos, y que la profundidad de la crisis va a llegar hasta los “malos simpáticos”, que son los más difíciles de detectar.
Eso sí, cuando alguien cae en desgracia o fracasa honestamente, todo el mundo sale a decir que ellos ya sabían que “Fulanito” solo era humo,…….quizá como España.