Imaginemos una ciudad amurallada, en la que nadie entra ni sale. Los habitantes de dicha ciudad consumen productos y servicios en relación al número de habitantes, a sus hábitos de consumo, o sus hábitos de vida. Imaginemos entonces que no todos los habitantes pueden trabajar. Esto significa que la ciudad amurallada tiene más gente de la que necesita para producir lo que está consumiendo. Dicho de otra manera, si los que sobran no estuvieran, no se notaría en la economía. Bueno, si todos los que no producen se fueran, tampoco consumirían, pero seguro que habría un punto de equilibrio dónde sacando fuera de las murallas a bastantes de los que sobran la economía quedaría equilibrada.
Hay sociedades en las que tener un puesto de trabajo, es decir, ser útil para la sociedad es lo que mueve a las personas. No lo digo de manera que parezca que la sociedad deba convertirse en una colección de adictos al trabajo, pero tener un trabajo, aparte de ir bien para el espíritu, es una fuente de recursos económicos para vivir mejor. En otras, tener un trabajo es una mezcla entre una necesidad molesta y una prisión dorada. También hay diferencias entre la manera de afrontar la creación de empleo. En EEUU siempre se dice “create jobs” (crear empleo), mientras que en el Reino de las Españas se dice “luchar contra el paro”. Puede parecer una tontería, pero siempre he pensado que estos detalles definen muy bien el comportamiento de las sociedades.
Volvamos a la ciudad amurallada…
En el caso que la ciudad amurallada no pueda consumir en la medida que necesite que todos sus habitantes produzcan, tiene dos salidas:
- Emigración (exportar parados)
- Exportaciones (exportar productos)
Como hemos dicho antes, los que “sobran” pueden ir a “no sobrar” a otra parte. Durante esta crisis 35 millones de estadounidenses han cambiado su residencia por motivos laborales. El símil con la ciudad amurallada no es del todo bueno en este caso, pero digamos que los americanos salen de su ciudad amurallada cuando se quedan sin trabajo. En España, sin embargo, esto no ha ocurrido. Con 3,4 veces la tasa de paro de EEUU, los españoles que han cambiado su residencia por motivos laborales no llega al millón. La proporción, con el caso americano, debería ser de 5,3 millones. En resumen, a los españoles les cuesta mucho abandonar su ciudad amurallada cunado no son necesarios para la producción.
En estos casos, exportar es una gran solución. Dentro de la ciudad amurallada se produce lo que la ciudad necesita, pero además se produce para abastecer a otras ciudades vecinas. Con esto se consigue que la gente que sobraba porqué la propia ciudad no consumía para que todos sus habitantes produjeran, empiece a producir para la ciudad vecina. Con esto no hace falta cambiar de residencia e incluso, si se exporta mucho, quizá la ciudad amurallada necesite que vengan nuevos habitantes a vivir en ella. Lo mejor de exportar es que casi todos los habitantes van a trabajar. Esto hace que los habitantes con menos rentas aumenten dicha renta, cerrando la brecha que existe entre los más ricos y los más pobres. Esta brecha se mide con los índices de igualdad social como el Índice Gini, que mide cuántas veces la media de la renta del 10% más rico supera a la renta media del 10% más pobre. Cuanto más alto es el número, más desigualdad hay:
Como se ve en este cuadro de elaboración propia, los países en los que las exportaciones netas (exportaciones – importaciones) tienen un impacto positivo en el PIB, suelen tener menos paro, y suelen tener menos desigualdades. Evidentemente hay diferencias entre estos países (geográficas, recursos naturales, población, cultura,..), pero esto no es un tesis doctoral, sino una opinión más o menos informada y educada. El gráfico invita a pensar.
Por lo tanto, producir más, aunque no se necesite para el consumo interior, y por lo tanto se exporte, es bueno para la economía de dicho país. De lo contrario, solo queda exportar personas que no produzcan (expresión muy desafortunada), o dicho de otra manera, que los que no tienen trabajo vayan a buscarlo a otra ciudad amurallada. Muy recomendable la lectura del libro de auto ayuda, “Quién se ha llevado mi Queso”.