La crisis financieras suelen funcionar como un volcán. Los volcanes son solamente el punto de escape de mucha energía acumulada bajo tierra por movimientos de las placas tectónicas continentales. Hay un movimiento lento de algo muy grande que va acumulando energía, y acaba liberándose en un punto relativamente pequeño; el volcán.
Las crisis suelen ser muy espectaculares. La prensa muestra gráficos bursátiles en caída, bancos de inversión que quiebran, colas ante las oficinas bancarias, etc… Lo que no se suele mostrar ni advertir son las causas (movimiento tectónico). Existe un movimiento tectónico subyacente que a mi juicio puede dejar la economía mundial hecha un trapo.
La combinación de una economía mundial flojeando (crece, pero sin mucha fuerza), unos políticos irresponsables con la finanzas públicas, y unos bancos centrales acomodando (imprimiendo dinero) la política monetaria durante demasiado tiempo, no tiene pinta de acabar bien. Llegará un momento en que nadie se crea que los gobiernos puedan pagar la deuda que emiten a un bajo precio fictício. Entonces, empezará la crisis de los bonos. La de la deuda ya ha llegado, pero la de los bonos no ha tocado a las economias grandes (EEUU, Alemania, Japón,..). Y cuando llegue este momento: mucho ojo!!
Entonces estará en riesgo lo que se conoce como el Demographically Influenced Investment Gap (DIIG), que es un descuadre monstruoso entre las necesidades de capitales y financiación futuras, y los ahorros futuros. Resumiendo, que no habrá riqueza en el mundo para abastecer la necesidad de dinero para comprar acciones o invertir en negocios, y para prestar dinero. Vamos, un desastre!!
Bueno, para eso falta mucho y la historia demuestra que la economía es un ente vivo que se adapta muy bien a los cambios. Mientras tanto, cuando empeice la crisis de los bonos, tendremos que masticar un incremento importante en la inflación. Ay señor, otra vez el oro y el Franco suizo por las nubes!!