He de reconocerlo: La disparidad de opiniones sobre el tema de Cataluña es tan grande, que gente a la que considero capaz, rigurosa e inteligente, pueden muy bien tener posturas completamente opuestas. Lo más alucinante es que con los mismos datos, unos los leen de una manera y otros de la manera diametralmente opuesta. Nunca pensé que el análisis económico pudiera llegar a parecerse a una conversación sobre religión entre el emperador Carlos V i Solimán el Magnífico.
Hoy he leído el informe que Gabriel Elorriaga ha dirigido para la Fundación FEAS, titulado “El mito fiscal”. Muy interesante. Creo que no solo intenta desmotar lo que llaman «el mito fiscal», sino hace todo lo posible por cargarse tres ideas básicas.
1) El pueblo catalán no existe como tal. Lo que existe es el pueblo español, donde radica la soberanía del Reino de España y el cual es el sujeto de todo lo que sucede o deja de suceder. En otras palabras, por mucho que el pueblo catalán se una, sea mayoritario o incluso unánime en cualquier reclamación, no puede tenérsele en cuanta ya que la soberanía reside en el pueblo español.
2) El tramo autonómico del IRPF no debería formar parte de las balanzas fiscales. Esto quiere decir que aunque uno ingrese el IRPF que paga el 30 de junio en una cuenta de la Agencia Tributaria Española, esto es como si no se pagara al Estado español, sino que se hiciera a la Generalitat. Siempre he pensado que los tramos cedidos del IRPF estaban sustentados por la idea que al haber cedido unas competencias a la autonomías, éstas podías gestionar una parte de lo que el ente recaudador gasta en cada autonomía sin que dicho gasto sea asignado desde Madrid. Bien, parece que en FAES no se entiende así.
3) Cataluña no está mal tratada fiscalmente, ya que si se compara con otras regiones del mundo, no ha para tanto. Aquí el economista Ángel de la Fuente hace una comparación con los EEUU, dejándose en el tintero que la recaudación no va toda a Washington, sino que los estados recaudan por ejemplo una parte del IRPF o todo el IVA (sales tax). Suerte que no ha tomado como ejemplo Suiza, ya que la estructura de Cantones y su manera de recaudar impuestos hubieran desmontado el argumento. Tampoco ha tenido en cuenta los déficits fiscales del Gran Londres, París (Ille de France) o Milán, seguramente para no mostrar que son casi la mitad que Cataluña.
Yo creo que lo que pasa es que cuando antes de empezar a pensar ya se tiene la solución o una visión de qué resultado se quiere, es muy difícil analizar. A mi me suele costar mucho no caer en esta trampa, pero yo solo escribo un blog y no me subvenciona el Ministerio de Cultura, Educación y Deporte. Cuando uno tiene una idea, lo más común es que de más importancia a los datos que sustentan su tesis inicial, dejando de lado los que la desmontan. Yo creo que en FAES, más que analizar, manufacturan argumentos que sirvan a su causa. No me parece ni bien ni mal, ya que cada uno es libre de escribir lo que desee, pero hacerlo disfrazado de rigor y de solemnidad casi británica, me parece una fantasmada.
Finalmente, creo que en todo esto veo una estrategia simple y llana de desprestigio de las ideas y de la gente que opina que Cataluña ha de ser un estado independiente, y que además si lo fuera, sería viable. Una amiga mía madrileña, con 20 años de experiencia catalana, me dijo recientemente que el error más grande que el Lobby Madrid estaba cometiendo era desprestigiar a los catalanes como pueblo. Argumentaba que, lo peor que se le puede hacer a un catalán es desprestigiarlo gratuitamente, ya que es la manera más rápida de perderlo.
La estrategia del desprestigio es un error, porqué si la mayoría de los catalanes quiere un estado propio, habrá que negociar de buena fe. Y será muy difícil si las relaciones han quedado dañadas, por ambos lados.